ALMA Y LA ISLA

Hace tiempo que no escribo por aquí porque el trabajo de leer requiere mucha dedicación y, además, he estado leyendo varios libros a la vez que ya iré reseñando poco a poco. Esta entrada es para mí más especial de lo habitual porque pude revivir la historia de Alma y Otto de la mano de su autora, la galardonada, Mónica Rodríguez, ganadora del XIII Premio Anaya 2016.

«Alma y la isla» narra las peripecias de una refugiada negra desde que huyó de su país en guerra, hasta llegar a un país que la acogiera en el que encontrarse segura. Alma no tiene nada que perder. Su familia y ella se embarcan en una aventura que no resulta para nada satisfactoria ya que solo ella consigue salvar la vida. Al llegar a tierra da a parar a un pueblo pesquero en el que se encontrará a Otto, un niño que no la acepta y la trata incluso de diablo.

Aspectos positivos: la facilidad de lectura y el tema que trata. Resulta muy gratificante poder encontrar este tipo de referentes en la literatura infantil. La guerra, los refugiados y la inmigración están a la orden del día y es necesario acercar esta gran problemática a los niños y niñas de nuestra sociedad. La trama es sencilla y, aunque algunos de los hechos son muy crudos, su autora llega así a un rango mayor de edad comenzando con lectores más pequeños.

Impresión general del texto: 4/5 ⭐⭐⭐⭐

¿Qué nos cuenta su autora sobre este libro y sus propias sensaciones al escribirlo? Entrevista en el Instituto de Educación Secundaria «Auringis» de Jaén.

Mónica Rodríguez en un encuentro con 1º de ESO (I.E.S. Auringis, Jaén)

Mónica Rodríguez comienza destacando lo mucho que sufrió escribiendo el libro «Alma y la isla». Desde un principio tenía claro que ese sería el título, pero le sería más complicado meterse en la piel de los personajes principales: Alma y Otto. Mónica asegura sentirse una persona mejor después de haber escrito este libro, del que le preocupaba más la forma en la que contar la historia que la propia historia en sí. La parte más difícil del proceso de elaboración de esta obra fue la lectura de testimonios reales de personas que viajan desde Etiopía y otros países en guerra hasta la isla de Lampedusa o cualquier otra isla del mediterráneo buscando refugio. Tan dura fue la experiencia que llegó a escribir más de un capítulo entero llorando. Por último, nos muestra cómo leer un libro, no solo en sus palabras, sino también en sus silencios. «Leer es un acto subversivo ya que corremos el riesgo de conocernos mejor y ser más libres».

¿Qué le inspiró para escribir «Alma y la isla»? Las ganas de adentrarme en una historia sobre refugiados. Quería acercarme a esas personas y está sucediendo aquí al lado. Estamos acostumbrados al terror y no sentimos un gran dolor. ¿Vosotros qué hacéis para cambiar el mundo? Hace un tiempo leí un artículo sobre niños refugiados que viajaban a Lampedusa en busca de asilo en una publicación de «Save the Children». Eso fue lo que me motivó definitivamente a escribir esta historia. Esas familias arriesgan su vida porque no tienen nada que perder y compran el pasaje en una barca rota con todos los ahorros de su vida.

¿Cómo decidiste dejar tu trabajo? Fue algo que fue sucediendo muy despacio. Desde pequeña me llevaba una novela al instituto mientras algunos profesores explicaban y la leía sobre las rodillas. Era una chica muy lectora. Empecé a escribir con 13 años a raíz de la enfermedad de mi abuelo. Mi abuelo Fernando tenía una embolia que le impedía hablar. Entonces, me metí en la biblioteca de mi abuelo y descubrí que esos libros podían hablar de mi abuelo e incluso de mí. Empecé a escribir poesía de amor y desamor. Más adelante me pasé al relato para decirle cosas a mis amigos. La Literatura nos cuenta mentiras para decir alguna verdad. Yo necesitaba escribir todos los días. Escribía de 10 a 12 todas las noches y luego, a partir de las 12, leía. Para ser escritor es necesario leer y leer y escribir y escribir. También tuve la ayuda de contar con Gonzalo Moure que leyó algunas de mis obras y me animó a escribir.

Hace 11 años vendí la casa de Oviedo y me llegó un dinero que me permitiría cumplir mi sueño de vivir de escribir al menos durante 2 años. Después probé a escribir 6 horas diarias y leía durante 2 horas al día. Todos los años escribo. No gano mucho dinero, pero soy rica. La Ciencia y la Literatura tratan de entender al ser humano. La Ciencia desde un punto de vista objetivo y la Literatura, desde un punto de vista subjetivo. «Los científicos nos pueden decir cómo es el cielo, pero con el poeta lo entendemos del todo» (Liliana Bodoc).

¿Por qué la protagonista se llama Alma? Alma se llama así porque en un reportaje de televisión aparecía una mujer dando a luz en la playa recién llegada en patera. La madre llamó Alma a la niña que significa «vida humana». Sin embargo, en Etiopía no existe como tal, sino que se pronuncia Almaz y significa «diamante».

¿Qué capítulo le costó más trabajo escribir? El viaje de Alma y su familia. También el final, ya que lo había imaginado distinto (Alma se quedaba finalmente en la isla con Otto). No podía ser un final complaciente porque Otto era un chico caprichoso y no podía ser de aquella manera. Además, yo mejoro los libros con las opiniones de algunas personas cercanas a mí. Corrijo, cambio y rescato la novela. Soy una escritora de brújula.

¿Por qué los capítulos son tan cortos? Por varias razones. Primero, porque me gusta que sean cortos y segundo, por la gran carga emocional que tienen. En capítulos así es necesario parar. Además, el mejor momento del día para leer es por la noche en la cama. Me gusta que los capítulos sean cortos para poder decidir cuándo acostarme sin tener que esperar a acabar un capítulo porque es muy largo.

¿Cuánto tiempo tardaste en escribir el libro? Para escribir un libro hay que tardar el tiempo que se necesite, igual que un bebé que está aprendiendo a andar. En concreto con «Alma y la isla» tardé 2 meses. Sin embargo, con otros libros he podido tardar desde 2 semanas hasta 2 años.

¿Qué sentimientos tienes al publicar un libro? Miedo porque no sé qué pasará con el libro e ilusión por compartirlo.

Mónica Rodríguez terminó su encuentro con los chavales de 1º de E.S.O. hablando de sus libros favoritos y de los sentimientos que le mueven a escribirlos, pero eso me lo guardo para mí. Así, cuando veáis a Mónica en algún evento, se lo preguntáis vosotros mismos.

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